Muchas veces no llenamos de esos silencios incomodos de esas miradas contenedoras llenas de sentimientos, pero nunca hablamos, en apariencia no nos expresamos, pero ojo sólo en apariencia. Basta obversar tan solo un poco y te puedes dar cuenta de todo lo que decimos en esos silencios compartidos del día a día.
Los silencios sonoros probablemente se vuelven más doloros, obvios e incomodos, cuando se producen con personas que queremos, que apreciamos. Con personas que hasta hace un pasado no muy lejano, siempre te falto el tiempo para compartir todo lo que te pasaba sentias o sólo pensabas y para escucchar a la vez todo lo que el otro tenía que decirte a ti.
Una especie de conexion infinita que tontamente uno en el momento no valora, y jura de guata que es por obra y gracia del espíritu santo, hasta que pasa algo y eso se rompe, sin importar de que manera se rompe y duele mucho por un tiempo muy largo. De una u otra forma por un tiempo peleamos por "recuperar" lo perdido, hasta que quizás llega un día en que nos damos cuenta que esas relaciones han cambiado y que esos cambios no siempre tienen que ser malos, así como tampoco dolorosos. Porque de una u otra manera responde a lo que estamos siendo nosotros en esos momentos.
Incluso es probable que no haya nada más real y sincero que las crisis en las relaciones humanas y que esos silencios sonoros, al final nos llenan de palabras y expresividad.
