Por que nunca hay nada claro, porque a veces sólo hay que flotar, observar para luego tomar posición, sabiendo desde donde uno quiere y puede estar.

Porque tomar una elección es rechazar a todas las demás opciones posibles.

“... Su encuentro estuvo lleno de error...Cada uno de ellos había creado un infierno para el otro, pese a que se querían. El hecho de que se quisieran, demostraba que el error no residía en ellos, en su comportamiento o en la inestabilidad de sus sentimientos, sino que no congeniaban, porque el era fuerte y ella débil...”“Pero es precisamente el débil, quien tiene que ser fuerte y saber marcharse cuando el fuerte es demasiado débil para ser capaz de hacerle daño al débil” (Milan Kundera, la insoportable levedad del ser).

27.2.11

Pon tus pies

Un día viajaba, uno de los varios viajes realizado. Perdida como tantas veces se solía sentir, solo que está vez las cosas eran diferentes. No había nadie más, sus errores y sus aciertos no le importaban a nadie más. Y lamentablemente era cierto, no había nadie con quien comentar aquellas cosas que sorprendían o las bromas con quien había vivido, quizás cuando, quizás donde o quizás con quienes.

Sin embargo, siempre había un especie de resquicio para esa soledad que ahogaba, a ratos, solo a ratos. Era meterse en un poco de realidad condimentada con lejanía y ausencia. Las consecuencias, simplemente que hablará, que hablará en su idioma y que fuera un fluir de la conciencia aún más grande, del que cotidianamente suele ser.

Podía contarles a esas personas realmente importantes las cosas por las que estaba pasando, claro con un poco de maquillaje, para que no se vieran tan bien o mal...en realidad todo dependía de la conveniencia. Es en ese momento donde escucha esa frase, que tanto le hizo reír pero también a la larga también tanto le hizo pensar.

Me dice que estoy en otro lugar del mundo, que viajo a Roma y no veo Gladiador, que viajo a Argentina y no veo Nueve Reinas, que así no se puede.

¿Qué es lo que hace falta para viajar?
Siempre faltarán cosas por ver, por saber y quizás también siempre faltarán o más bien sobrarán las veces que nos hagan idiota. Pero creo que de eso se trata viajar. Viajar en todos los sentidos posibles.

Viajar es moverse, es cambiarse de casa, es mover los límites, las personas, los acentos, las lenguas, los saludos, las despedidas todo.

Sin embargo hay cosas que ni los viajes puede cambiar, por qué también es diferente viajar que huir. Pero a veces se hace dificil la distinción. Por que sólo con el tiempo uno ve, la falta te obviedad en que por ejemplo no se puede viajar a Roma sin ver Gladiador....pero aún no lo se por qué, por que aún no la quiero ver, es como un acto de rebeldía..."No me digas cómo es que se viaja". Eso lo decido yo.

25.2.11

S..o..S

Aquellos sentimientos que muchas veces nos invaden como si fueran un torbellino que arraza con nosotros, pero somos nosotros los únicos que sentimos eso, que nos encanta y a la vez que nos desagrada tanto.

¿Qué tienes que no me puedo alejar?

Pregunta absolutamente valida la que me planteas. Puede ser que el camino en el que nos cruzamos nos hayamos enamorado de verdad, uno del otro, de una manera genuina y gratuita, sin embargo algo paso en el camino que nos perdimos, literalmente nos separamos.

Pero el gran pero de esa pregunta es una pregunta que te planteas a ti misma, no me corresponde a mi responder.

A veces sonamos como esas tragedias griegas, de esas que creemmos que ya no existen, pero creo tambien muchas veces no nos damos cuenta, pero sólo sonamos como una canción mal afinada, con buena letra pero con una elección de instrumentos y voces que hacen pensar que estamos hablando de una tragedia griega, pero en realidad estamos hablando de una tragediaestética, que no se si por la modernidad y muchos autores, no la reconocemos. O todo es mucho más fácil y somos unos masoquistas de esos clásicos.

Existen tantas buenas razones para desprendernos de esto, todas racionales y super cuerdas, pero al parecer sólo existe una gran razón, al menos para mi hoy, que me mantiene en el conflicto de fuerzas contrapuestas que quitan todo, el sueño, el hambre.

¿Por qué llegaste, por qué apareciste? Sí, esa pregunta te la hago a ti, me da lo mismo si crees que te llamé o no, eso era problema tuyo, por qué es que tuviste que afectar mi existencia con tu presencia.

Es extraño, pero nos acostumbramos a todo, la ausencia de ti, muchas veces era el preludio de tu presencia pero no era así, por que no estabas. No existías en ninguna de las formas adecuadas. No estuviste, no estuviste en ninguna de esos momentos en que tu y yo no tendríamos que haber sostenido la mano.

Es cierto, muchas frases cursis y que en más de un momento. Cuando nos encontramos en ese lugar o mas bien en esos lugares, nuestras vidas cambiaron del modo en que la conociamos y sospecho que será para siempre, independiente de a lo que lleguemos a terminar siendo. Y como decía antes, existen muchas razones para no estar con alguien, pero basta sólo una para hacer el intento.

Me duele, me duele tu presencia y tu existencia, aprendí a lidiar con el dolor de tu pérdida, pero sin duda juegas a un juego que es peligroso.
Tú respondes que no quedas exenta de la peligrosidad, es cierto.
Sólo puedo decir a favor de ambos, que seamos cuidadoso...