Por que nunca hay nada claro, porque a veces sólo hay que flotar, observar para luego tomar posición, sabiendo desde donde uno quiere y puede estar.

Porque tomar una elección es rechazar a todas las demás opciones posibles.

“... Su encuentro estuvo lleno de error...Cada uno de ellos había creado un infierno para el otro, pese a que se querían. El hecho de que se quisieran, demostraba que el error no residía en ellos, en su comportamiento o en la inestabilidad de sus sentimientos, sino que no congeniaban, porque el era fuerte y ella débil...”“Pero es precisamente el débil, quien tiene que ser fuerte y saber marcharse cuando el fuerte es demasiado débil para ser capaz de hacerle daño al débil” (Milan Kundera, la insoportable levedad del ser).

20.12.06

El dentista

Probablemente no haya nada más incomodo que ese sujeto generalmente vestido de blanco que acosa tu boca… No mal pensados, no es que te parta la boca de un beso, es que te parte los labios con su maquinita sonora y de lo seco que te los deja. Independiente del dolor que muy probablemente la mayoría conoce, últimamente en mis constantes visitas a su consultorio me he dado cuenta de la capacidad de creación que uno tienen acostada en ese sillon.
Quizás me saldría más barato y menos doloroso ir a acostarme a un diván de algún connotado psicoanalista con mirada fálica, pero todavía no lo hago ¿será la cercanía con con la materia?
Por el momento me entretengo con la imaginación retorcida y rebuscada, es como una especie de universo paralelo, que por lo que dura esa sesión de tortura, mirando hacia la puerta, se vuelve realidad. Desde que me revelo y ya no soy una paciente y ahora soy yo la que anestesia toda la boca del dentista, para que sepa que se siente, quedarse estúpido, mas de lo normal, como por tres horas y que al hablar ya no te reconozcas, sino que tengas como un dejavou de la traducción de Forest Gump, u otras que mi súper- yo de momento quiere censurar.