Dudoso rechazo colectivo.

No se por que este último tiempo, me he topado con varias personas que estan pasando por esta situacion, así que para todos ellos, un pequeño regalo de fin de verano y en especial para una amiga que el tema, la tiene un tanto complicado, aqui esta tu descripción del problema y una muy bella solucion... cuidate y animo.
Época estival, la mayoría del territorio chileno, de diciembre a febrero muere de calor, y sin importar como pases estas vacaciones, siempre hay un patrón que se repite.
Las nuevas relaciones que se forman y ojo que no sólo hablo de las amorosas, sino que te todo tipo, uno inevitablemente en este periodo del año conoce a mucha gente.
Lo extraño es que cuando se trata de conocer a gente nueva, con un tipo de acercamiento de lazo amoroso, a uno le produce un rechazo bastante dudoso, dada las circunstancias. ¿Por qué dudoso? Porque tengo 19 años, los hombres están en su pic hormonal, uno usa menos ropa, ellos también; en resumidas cuentas todo está absolutamente dado, para que las hormonas broten en todo su esplendor.... Pero (siempre tiene que haber un pero), tu no tienes la mínima intención de relacionarte con un hombre, más que para una amena conversación...hasta que en un momento piensas (que bueno pensar de vez en cuando, es un ejercicio saludable) esta situación no es normal en mi.
Dado que eres un ser racional y como ya dije antes mi pensante, la primera explicación que le das al fenómeno.... obvio te embrujaron, alguien creo un muñeco budu para que dejaras de fijarte en ese conjunto de testosterona que pulula por el planeta tierra, incluso más, para todo lo que sea más que un inocente beso en la mejilla te produzca una arcada de proporciones, y en esta oportunidad ni tu amplia imaginación se ha salvado, ya no tienes ganas de que llegue el idiota número 536 a jotearte y que te diga palabras “que sólo a ti te ha dicho...” (quizás en ese día, en fin ese es otro tema que en otra oportunidad tratare).
Solo queda realizar un acto tan racional y científico como el anterior, ponerse en contacto lo mas rápidamente posible con alguna tarotista y un chaman o machi o lo que sea, para que te salve de la perdición social en la que te encuentras.
Por supuesto estas medidas tan extremas no son del todo tu responsabilidad, ya que tus amistades se encuentran muy preocupadas por tu estado y desean ayudarte. Tu solamente, te dejas guiar como un monigote, mientras ellos descubren su nueva vocación, el servicio social, ya no la ingeniería...mal. Sobre todo si estas amistades, son lo mas cercano a cupido que conoces, lo que es totalmente contraproducente para tu sanción.
¿Qué es lo que sucederá, con el extraño acontecimiento, solo los dioses del olimpo (si es que existen) lo podrán decidir, si es que un día se le da la real gana, mientras a ti sólo te queda esperar que te presente a cada pobre sujeto el mundo crea que te puede gustar.

Algunos miedos

Resulta extraño ver, como un par de palabras te pueden llegar tanto, dependiendo de los momentos en que uno se encuentra.

“... Su encuentro estuvo lleno de error...Cada uno de ellos había creado un infierno para el otro, pese a que se querían. El hecho de que se quisieran, demostraba que el error no residía en ellos, en su comportamiento o en la inestabilidad de sus sentimientos, sino que no congeniaban, porque el era fuerte y ella débil...”
“Pero es precisamente el débil, quien tiene que ser fuerte y saber marcharse cuando el fuerte es demasiado débil para ser capaz de hacerle daño al débil” (Milan Kundera, la insoportable levedad del ser).

Un poco menos de 400 palabras bastan, para expresar un sentimiento bastante común. A veces nos toca ser el débil y otras el fuerte, pero como en todo... nada es tan definitivo, los roles se mezclan y nos sentimos algo perdido.
Miedo, palabra bastante típica y recurrente, pero poco asumida. Tener miedo, significa ser débil y vulnerable, lo más cercano a sentir. Entonces porque tenemos esa insoportable manía de alejarnos de eso... Es molesto, pero más molesta darse cuenta que uno diariamente hace hasta lo imposible por no sentir, por no tener miedo por no ser vulnerable ante nadie; y es obvio porque, no es para nada grato esa sensación, cuando lo “importante” es ser fuerte y no vulnberable.
Lo divertido es que le ponemos tantos nombre a este miedo, unos le dicen que son incapaces de estar con alguien y amar, aun cuando lo único que hacen en su actuar es todo lo contrario. Otros hablan en términos económicos de sentir; que tan útil o inútil resulta compartir un pequeño mundo con otro ser humano. Otros esperan la perfección personificada aceptan que están en búsqueda, pero de algo que muy posiblemente no exista, o los que saben que tienen miedo, les cuesta aceptarlo, pero tampoco hacen mucho por revertir la situación, se buscan imposibles como una forma de auto - boicotearse. Cuando en verdad, todo eso no es nada mas que miedo sin apellidos.