Constantemente nos rodeamos de instituciones, de las cuales participamos, criticamos, admiramos y también odiamos.
Pero pocas veces somos capaces de ver todo el poder y los sub poderes que se esconden detrás de cada institución, con las que convivimos cotidianamente.
No se si el paro habrá movido fibras que antes solían estar más calladas, por no decir que no estaban. Pero creo que es el momento de hablar y decir que las cosas podrían andar mejor de lo que son ahora.
Tenemos la costumbre de quedarnos, como para que nos manejaran, cumpliendo el papel que como empleados/as, estudiantes, ayudantes, hijos/as, hermannas/os, etc, no toca jugar. Sin cuestionarnos que estas magnánimas instituciones no se arman solas, sino que nacen a raíz de relaciones entre personas que sienten piensan y por sobre todo tienen capacidad de critica. Aprovechemos esta capacidad, derecho y deber que tenemos de dialogar con los poderes que nos rodean de una manera civilizada, en donde en realidad haya dialogo y no una conversación de sordos mudos.
Decir que ciertas cosas no están funcionando no es generar conflicto (depende de como se haga) sino que es generar discusión que en lo personal no le veo nada de malo a eso.
1 comment:
Si bien las instituciones estan hechas por y para las personas, estas con el tiempo comienzan a agarrar rumbo propio y van adquiriendo vida propia. Es así como no me extraña que sus mismos creadores las desconozcan luego de un tiempo.
El rehumanizar las instituciones no es algo facil, el peso de la tradición y el status quo es fuerte... pero si hay empuje, se puede.
Bueno tu blog, un besote
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