Un día viajaba, uno de los varios viajes realizado. Perdida como tantas veces se solía sentir, solo que está vez las cosas eran diferentes. No había nadie más, sus errores y sus aciertos no le importaban a nadie más. Y lamentablemente era cierto, no había nadie con quien comentar aquellas cosas que sorprendían o las bromas con quien había vivido, quizás cuando, quizás donde o quizás con quienes.
Sin embargo, siempre había un especie de resquicio para esa soledad que ahogaba, a ratos, solo a ratos. Era meterse en un poco de realidad condimentada con lejanía y ausencia. Las consecuencias, simplemente que hablará, que hablará en su idioma y que fuera un fluir de la conciencia aún más grande, del que cotidianamente suele ser.
Podía contarles a esas personas realmente importantes las cosas por las que estaba pasando, claro con un poco de maquillaje, para que no se vieran tan bien o mal...en realidad todo dependía de la conveniencia. Es en ese momento donde escucha esa frase, que tanto le hizo reír pero también a la larga también tanto le hizo pensar.
Me dice que estoy en otro lugar del mundo, que viajo a Roma y no veo Gladiador, que viajo a Argentina y no veo Nueve Reinas, que así no se puede.
¿Qué es lo que hace falta para viajar?
Siempre faltarán cosas por ver, por saber y quizás también siempre faltarán o más bien sobrarán las veces que nos hagan idiota. Pero creo que de eso se trata viajar. Viajar en todos los sentidos posibles.
Viajar es moverse, es cambiarse de casa, es mover los límites, las personas, los acentos, las lenguas, los saludos, las despedidas todo.
Sin embargo hay cosas que ni los viajes puede cambiar, por qué también es diferente viajar que huir. Pero a veces se hace dificil la distinción. Por que sólo con el tiempo uno ve, la falta te obviedad en que por ejemplo no se puede viajar a Roma sin ver Gladiador....pero aún no lo se por qué, por que aún no la quiero ver, es como un acto de rebeldía..."No me digas cómo es que se viaja". Eso lo decido yo.
Por que nunca hay nada claro, porque a veces sólo hay que flotar, observar para luego tomar posición, sabiendo desde donde uno quiere y puede estar.
Porque tomar una elección es rechazar a todas las demás opciones posibles.
“... Su encuentro estuvo lleno de error...Cada uno de ellos había creado un infierno para el otro, pese a que se querían. El hecho de que se quisieran, demostraba que el error no residía en ellos, en su comportamiento o en la inestabilidad de sus sentimientos, sino que no congeniaban, porque el era fuerte y ella débil...”“Pero es precisamente el débil, quien tiene que ser fuerte y saber marcharse cuando el fuerte es demasiado débil para ser capaz de hacerle daño al débil” (Milan Kundera, la insoportable levedad del ser).
Porque tomar una elección es rechazar a todas las demás opciones posibles.
“... Su encuentro estuvo lleno de error...Cada uno de ellos había creado un infierno para el otro, pese a que se querían. El hecho de que se quisieran, demostraba que el error no residía en ellos, en su comportamiento o en la inestabilidad de sus sentimientos, sino que no congeniaban, porque el era fuerte y ella débil...”“Pero es precisamente el débil, quien tiene que ser fuerte y saber marcharse cuando el fuerte es demasiado débil para ser capaz de hacerle daño al débil” (Milan Kundera, la insoportable levedad del ser).
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