No me importa si es que vale o no la pena contar la siguiente historial. Tampoco me preocuparé si es que está en primera o en tercera persona; o más bien en ninguna persona como a veces me gustaría.
Simplemente requería dejar el registro, para que no sea una historia más de esas que queda a medio contar, de esas que según el humor uno le da el perfil o el desprestigio que en ese momento tienen.
Lo conocí antes de que me lo presentarán. Alguien que lo quiere y lo conoce mucho estaba hablando de él. Ya en su ausencia uno podía llegar a concluir ciertas cosas de él, aparte de su nacionalidad y tratar de hacer el fiel reflejo de lo que los prejuicios pueden decir de eso. Esta durmiendo eran como las 10:30 de la noche. ¿Qué adulto se acuesta a esa hora a dormir si es que está de vacaciones? Él, solo él. También uno podía asumir que estaba interesado en otras cosas, más que interactuar con gente de aquel lugar.
Luego su hermano, la persona que hablaba de él y que tanto quiere, lo va a despertar. Esas cosas típicas que solemos hacer los hermanos más chicos con nuestros hermanos grandes cuando sentimos la confianza para hacer algo tan poco digno como despertar a alguien. Sabiendo que más allá de unas groserias y la pregunta casi existencial, de saber si la razón por la que te despiertan vale realmente la pena...Realmente muy pocas veces las vale.
Bueno llegó, con toda su humanidad, alto, distinguido y medio pavo al centro de la sala. Se presenta y se sienta cerca, pero no tanto de su hermano. Pienso que como en un intento de demostrar que la situación le daba un poco lo mismo, pero en verdad era una mentira por qué estaba nervioso y no entendía nada de lo que pasaba. Además de no hablar español, tampoco portugués, solo inglés y francés.
Al escuchar eso la brasileña loca, salto a intentar conversar con él y poner en evidencia lo bueno que era su inglés a pesar de sus miserables años. Si, había envidia pero también había una profunda invasión al espacio nacional que estaba ocupando. Ahí se hablaba español, por lo tanto, español es lo que se debía hablar el resto correspondía a la buena voluntad de los turistas pero no de una mocosa caprichosa y chillona.
Quizás es justamente en este punto, en que notó que hay algo que me encanta de él. No es su físico no es su acento pausado y casi como monólogo en el que habla, si no que es en la indiferencia que tiene con esta encarnación de la adolescencia y de lo que uno, o yo al menos, agradezco haber superado aunque sea en la regulación de mi voz. Él, el sujeto del nombre impronunciable, no la pesco. Escogió el silencio sobre lo absurdo y monotemático de la conversación.
Luego, fuimos a bailar, ellos nos invitaron a nosotras y yo quería salir con todo mi corazón y más si era con ellos. Me caían bien, tenían ganas de salir era sábado y además estaban organizados.
El lugar no era de mi total agrado, la música sin letra nunca ha sido de mi total encanto, pero por lo que había costado daba lo mismo, me lo iba a bailar todo. Mi amiga era un encanto, me acompaño y lo pasamos increíble hacíamos un show personal, riéndonos de los espécimenes que se subían a bailar a las tarimas. Como todo allá, era todo tan húmedo y transpirados que aquí claramente no era la excepción.
Yo había guardado un secreto, si era cierto que me caían bien, pero era yo y yo por esencia dudo. Mi secreto tenía una pequeña implicancia, yo si sabía hablar y más que eso comprender francés, por lo tanto, ellos hablaban de nosotras con mucha soltura como si no estuviéramos, pero en realidad ambas entendíamos nada de mal el idioma. Por supuesto que me delaté en un momento, pero había que salir lo más digna de la situación por lo tanto, me las ingenie, para usar esto a mi favor.
Simplemente requería dejar el registro, para que no sea una historia más de esas que queda a medio contar, de esas que según el humor uno le da el perfil o el desprestigio que en ese momento tienen.
Lo conocí antes de que me lo presentarán. Alguien que lo quiere y lo conoce mucho estaba hablando de él. Ya en su ausencia uno podía llegar a concluir ciertas cosas de él, aparte de su nacionalidad y tratar de hacer el fiel reflejo de lo que los prejuicios pueden decir de eso. Esta durmiendo eran como las 10:30 de la noche. ¿Qué adulto se acuesta a esa hora a dormir si es que está de vacaciones? Él, solo él. También uno podía asumir que estaba interesado en otras cosas, más que interactuar con gente de aquel lugar.
Luego su hermano, la persona que hablaba de él y que tanto quiere, lo va a despertar. Esas cosas típicas que solemos hacer los hermanos más chicos con nuestros hermanos grandes cuando sentimos la confianza para hacer algo tan poco digno como despertar a alguien. Sabiendo que más allá de unas groserias y la pregunta casi existencial, de saber si la razón por la que te despiertan vale realmente la pena...Realmente muy pocas veces las vale.
Bueno llegó, con toda su humanidad, alto, distinguido y medio pavo al centro de la sala. Se presenta y se sienta cerca, pero no tanto de su hermano. Pienso que como en un intento de demostrar que la situación le daba un poco lo mismo, pero en verdad era una mentira por qué estaba nervioso y no entendía nada de lo que pasaba. Además de no hablar español, tampoco portugués, solo inglés y francés.
Al escuchar eso la brasileña loca, salto a intentar conversar con él y poner en evidencia lo bueno que era su inglés a pesar de sus miserables años. Si, había envidia pero también había una profunda invasión al espacio nacional que estaba ocupando. Ahí se hablaba español, por lo tanto, español es lo que se debía hablar el resto correspondía a la buena voluntad de los turistas pero no de una mocosa caprichosa y chillona.
Quizás es justamente en este punto, en que notó que hay algo que me encanta de él. No es su físico no es su acento pausado y casi como monólogo en el que habla, si no que es en la indiferencia que tiene con esta encarnación de la adolescencia y de lo que uno, o yo al menos, agradezco haber superado aunque sea en la regulación de mi voz. Él, el sujeto del nombre impronunciable, no la pesco. Escogió el silencio sobre lo absurdo y monotemático de la conversación.
Luego, fuimos a bailar, ellos nos invitaron a nosotras y yo quería salir con todo mi corazón y más si era con ellos. Me caían bien, tenían ganas de salir era sábado y además estaban organizados.
El lugar no era de mi total agrado, la música sin letra nunca ha sido de mi total encanto, pero por lo que había costado daba lo mismo, me lo iba a bailar todo. Mi amiga era un encanto, me acompaño y lo pasamos increíble hacíamos un show personal, riéndonos de los espécimenes que se subían a bailar a las tarimas. Como todo allá, era todo tan húmedo y transpirados que aquí claramente no era la excepción.
Yo había guardado un secreto, si era cierto que me caían bien, pero era yo y yo por esencia dudo. Mi secreto tenía una pequeña implicancia, yo si sabía hablar y más que eso comprender francés, por lo tanto, ellos hablaban de nosotras con mucha soltura como si no estuviéramos, pero en realidad ambas entendíamos nada de mal el idioma. Por supuesto que me delaté en un momento, pero había que salir lo más digna de la situación por lo tanto, me las ingenie, para usar esto a mi favor.
Pero estaba este otro personaje que no entendía, aunque no creo si es que me miraba o no. Bueno la cosa es que la noche pasaba y el baile continuaba. Quede bailando con él, ridícula como yo sola, me daba vergüenza mirarlo, por lo tanto, tampoco se si es que él me miraba a mi. Luego de mucho rato de tortura y falta de aire, salimos al patio del lugar.
Pero era de esos lugares, que ni siquiera salir a tomar aire y menos pedir un copete era fácil. Solo al salir noté que si es que pasaba mucho más rato ahí dentro me iba a desmayar por qué estaba, realmente muy mareada.
Mientras salíamos, en una fila que yo estaba al principio y el me seguía con su inmensa estatura, noto que me toma de la cintura y luego por mi espalda que parecía más bien una sopa del calor que hacía. Me gusto, como que me paralizó un poco pero no hice nada para correrme, pero si me dio vergüenza por el hecho de que hacía mucho calor.
Luego de eso comenzamos a hablar y nadie nos paró la lengua. Quizás eso sea una exageración...pero igual hablamos muchísimo. Él se reía de mí y yo de él, aunque más él de mi. Luego llegó la mañana, y esperamos juntos que comenzarán a servir el desayuno.
En la espera, al levantar una piedra y apareció otro brasileño, pero este era de los peores. Me pidió que me acercará, que le eligiera unos lentes, ni siquiera lo conocía y me pedía que le eligiera lentes. Fui cortes le dije que no tenía idea, me quería volver a sentar al lado de él. Estaba cansada, me dolía la espalda, tenía hambre. En conclusión un humor de mierda. Pero el perla, se las da de galán de porno y sin decirme nada más que le gustaba y que me encontraba bonita se acerca para darme un beso. Me corro, lo evado y me vuelvo a sentar.
Él otro me mira, me intenta preguntar si es que estoy bien. Mi molestia me sale hasta por las orejas. ¡Me molestan tanto, ese tipo de situaciones! Él brasileño cual piraña, vuelve a atacar, se sienta al lado mío y me dice que le cuente mi historia. Le digo que no quiero hablar con él, que no me interesa contarle ninguna historia mía y que estoy molesta por lo que hizo. Siento la mirada del francés frente a la situación. No de celos, sólo de morbo.
Me quedo en silencio y no vuelvo a pronunciar palabra hasta el desayuno.
Como era costumbre y tenía un hambre feroz y el desayuno no era tan abundante. Tome mi té, con mi pan...Pero momento. Al muchacho del nombre impronunciable, no le parecía que tomará eso, así es que con su normal calma que estaba un poco más acelerada por el alcohol, me dice que no puedo tomar té, que eso me va a despertar. Me pregunta por la tenia y si es que la conozco.
¿Qué si la conozco, claro que la conozco lo único que tomo es té?
Me dieron unas ganas gigantes de decirle que se metiera su té, por donde mejor le cupiera que eran las 8 de la mañana y que lo único que quería era dormir, y que una miserable pero caliente taza de té no le iba a afectar en nada a mi insomnio inexistente.
Claro, a él si por qué aunque estaba de vacaciones insistía con despertarse temprano.
Pero no dije nada y acepté su gesto cuando me pasó la leche para que me sirviera en la taza. De verdad, lo quería matar. Pero no dije nada. Ahí fue que me dí cuenta que parece que si me atraía, si estaba dispuesta a mamarme una colitis del porte de esa taza de leche, sin siquiera chiztar....algo pasaba...y no menor. Lo tomé como un gesto de cuidado.
Al día siguiente cuando despierto tarde, a una hora impudente lo veo que está llegando de su salida de la mañana, viene a ver si es que su hermano está despierto, vuelve a salir. Pero no me lleva me decepciona, quería salir con él. Pero era como mucha patudez sumarme.
La cosa está rara, quería que estuviera en Santiago cuando volviera, pero esos días era lo que había, cuando yo volviera el ya estaría siendo explotado en su genial trabajo y yo en mi genial cesantía. Sólo había eso. Y a mi me había bajado el mutismo, no me salían más frases geniales en francés ni en inglés, no podía hablar y él con su hermano se reían de mí. Pero me miraba con ternura, me daba vergüenza.
Él también luego de eso, estuvo más callado.
La última noche fue freak, nos despedimos dos veces y casi nos dimos 3 topones porque corríamos la cara para darnos los besos en los momentos inadecuados. Los dos nos pusimos rojisimos, por suerte o lamentablemente en la segunda despedida de la noche, no paso eso.
No hubo despedida real.
Pero era de esos lugares, que ni siquiera salir a tomar aire y menos pedir un copete era fácil. Solo al salir noté que si es que pasaba mucho más rato ahí dentro me iba a desmayar por qué estaba, realmente muy mareada.
Mientras salíamos, en una fila que yo estaba al principio y el me seguía con su inmensa estatura, noto que me toma de la cintura y luego por mi espalda que parecía más bien una sopa del calor que hacía. Me gusto, como que me paralizó un poco pero no hice nada para correrme, pero si me dio vergüenza por el hecho de que hacía mucho calor.
Luego de eso comenzamos a hablar y nadie nos paró la lengua. Quizás eso sea una exageración...pero igual hablamos muchísimo. Él se reía de mí y yo de él, aunque más él de mi. Luego llegó la mañana, y esperamos juntos que comenzarán a servir el desayuno.
En la espera, al levantar una piedra y apareció otro brasileño, pero este era de los peores. Me pidió que me acercará, que le eligiera unos lentes, ni siquiera lo conocía y me pedía que le eligiera lentes. Fui cortes le dije que no tenía idea, me quería volver a sentar al lado de él. Estaba cansada, me dolía la espalda, tenía hambre. En conclusión un humor de mierda. Pero el perla, se las da de galán de porno y sin decirme nada más que le gustaba y que me encontraba bonita se acerca para darme un beso. Me corro, lo evado y me vuelvo a sentar.
Él otro me mira, me intenta preguntar si es que estoy bien. Mi molestia me sale hasta por las orejas. ¡Me molestan tanto, ese tipo de situaciones! Él brasileño cual piraña, vuelve a atacar, se sienta al lado mío y me dice que le cuente mi historia. Le digo que no quiero hablar con él, que no me interesa contarle ninguna historia mía y que estoy molesta por lo que hizo. Siento la mirada del francés frente a la situación. No de celos, sólo de morbo.
Me quedo en silencio y no vuelvo a pronunciar palabra hasta el desayuno.
Como era costumbre y tenía un hambre feroz y el desayuno no era tan abundante. Tome mi té, con mi pan...Pero momento. Al muchacho del nombre impronunciable, no le parecía que tomará eso, así es que con su normal calma que estaba un poco más acelerada por el alcohol, me dice que no puedo tomar té, que eso me va a despertar. Me pregunta por la tenia y si es que la conozco.
¿Qué si la conozco, claro que la conozco lo único que tomo es té?
Me dieron unas ganas gigantes de decirle que se metiera su té, por donde mejor le cupiera que eran las 8 de la mañana y que lo único que quería era dormir, y que una miserable pero caliente taza de té no le iba a afectar en nada a mi insomnio inexistente.
Claro, a él si por qué aunque estaba de vacaciones insistía con despertarse temprano.
Pero no dije nada y acepté su gesto cuando me pasó la leche para que me sirviera en la taza. De verdad, lo quería matar. Pero no dije nada. Ahí fue que me dí cuenta que parece que si me atraía, si estaba dispuesta a mamarme una colitis del porte de esa taza de leche, sin siquiera chiztar....algo pasaba...y no menor. Lo tomé como un gesto de cuidado.
Al día siguiente cuando despierto tarde, a una hora impudente lo veo que está llegando de su salida de la mañana, viene a ver si es que su hermano está despierto, vuelve a salir. Pero no me lleva me decepciona, quería salir con él. Pero era como mucha patudez sumarme.
La cosa está rara, quería que estuviera en Santiago cuando volviera, pero esos días era lo que había, cuando yo volviera el ya estaría siendo explotado en su genial trabajo y yo en mi genial cesantía. Sólo había eso. Y a mi me había bajado el mutismo, no me salían más frases geniales en francés ni en inglés, no podía hablar y él con su hermano se reían de mí. Pero me miraba con ternura, me daba vergüenza.
Él también luego de eso, estuvo más callado.
La última noche fue freak, nos despedimos dos veces y casi nos dimos 3 topones porque corríamos la cara para darnos los besos en los momentos inadecuados. Los dos nos pusimos rojisimos, por suerte o lamentablemente en la segunda despedida de la noche, no paso eso.
No hubo despedida real.
No comments:
Post a Comment