Por que nunca hay nada claro, porque a veces sólo hay que flotar, observar para luego tomar posición, sabiendo desde donde uno quiere y puede estar.

Porque tomar una elección es rechazar a todas las demás opciones posibles.

“... Su encuentro estuvo lleno de error...Cada uno de ellos había creado un infierno para el otro, pese a que se querían. El hecho de que se quisieran, demostraba que el error no residía en ellos, en su comportamiento o en la inestabilidad de sus sentimientos, sino que no congeniaban, porque el era fuerte y ella débil...”“Pero es precisamente el débil, quien tiene que ser fuerte y saber marcharse cuando el fuerte es demasiado débil para ser capaz de hacerle daño al débil” (Milan Kundera, la insoportable levedad del ser).

10.6.11

producto del miedo

Ya todo estaba decidido, todo dicho, maleta en mano nos vamos.
Se pierden por esos países que ni Vicente conocía, Laura menos, era un tren o un avión...Yo creo que más bien parecía tren. Comienza el cruce de las fronteras llegue ese gordo con pinta de ruso con pinta más bien de unión soviética y con su mejor acento inentendible: Pide lo pasaportes y documentos. Siempre me pregunto que otros documentos esperaran que uno les pase cuando gritan documentos y pasaportes, como buenos monigotes de la realidad, ambos siguen el gesto del resto de los demás personajes del salón.
Toma el pasaporte de V, con un desprecio moderado de lo devuelve, luego toma el de L y con un desprecio nada moderado lo comienza a observar. Ambos se miran como extrañados con las miradas complices de una pareja que ya lleva cierto tiempo a la espera de que dicha situación incómoda termine. Lo cual distaba mucho de ser la realidad...Faltaba un par de diálogos que suceder.
El Sr Frontera le comienza a hablar a V en un francés lo suficientemente claro como para que L lo pudiese entender, pero por su puesto sin que el Sr. Frontera supiese esto, por qué siempre el diálogo entre estos particulares personajes había sucedido en inglés. Por lo tanto, supuso que de francés nada.
Lo mira y le dice que tenía que tener cuidado con ella, le pregunta si es que sabe con quién está realmente. Él lo mira un poco extrañado y le dice que por qué razón le está diciendo eso, no la mira mantiene siempre la mirada fija en el Sr.Frontera, éste le contesta por qué sólo es cosa de mirar su pasaporte y de donde viene, como para desconfiar de todo de lo que venga de ahí.
La expresión de molestia ya se comienza a sentir en el aire. Sin embargo se contiene y responde: "Qué lamentable darse cuenta que aún en estas fechas, queden pensamientos tan absurdos como el suyo, sobre todo en el lugar que ocupa. Pero más que eso lo que más lamento es que usted no la conozca y nunca vaya a tener el placer de conocerla, por qué sin duda que se está perdiendo a una persona excepcional, qué probablemente tenga mucho que mostrar, tanto de lo que ni ella sabe que es capaz. Ahora si es que no tiene nada más que hacer o realmente que revisar respecto de algo legal y que valga la pena. Le pido que por favor le devuelva su pasaporte y nos deje continuar con nuestro viaje."
Sr Frontera, comienza a hablar de nuevo en una lengua que no se logra identificar qué es, le devuelve el pasaporte y se va.
No sin antes que ella le diga con los ojos llenos de lágrima, por su comentario y por el comentario de aquella persona que ella misma estaba viajando para conocerlo y le dijo en su mejor francés, buenas tardes señor, espero que tenga un buen día.
Después de ese momento, el viaje comienza de verdad, pero sin duda en otro sentido más que en el concreto.

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