Por que nunca hay nada claro, porque a veces sólo hay que flotar, observar para luego tomar posición, sabiendo desde donde uno quiere y puede estar.

Porque tomar una elección es rechazar a todas las demás opciones posibles.

“... Su encuentro estuvo lleno de error...Cada uno de ellos había creado un infierno para el otro, pese a que se querían. El hecho de que se quisieran, demostraba que el error no residía en ellos, en su comportamiento o en la inestabilidad de sus sentimientos, sino que no congeniaban, porque el era fuerte y ella débil...”“Pero es precisamente el débil, quien tiene que ser fuerte y saber marcharse cuando el fuerte es demasiado débil para ser capaz de hacerle daño al débil” (Milan Kundera, la insoportable levedad del ser).

29.4.20

Mis recuerdos y mi presente de dislexia.


Desde chica, no me acuerdo desde cuando, pero debe haber sido cuando entré al colegio. 
Hacer la bandera de Chile al revés, como en espejo, la letra E era casi lo mismo que el número 3 (en mi mundo). Ser zurda. Se fueron conviertiendo casi en criterios diagnóstico, cuando en ningún caso lo es, sobre todo el hecho de ser zurda. O cada signo por si sólo. No es naaa como las Barbies, esto de la dislexia es un pack completo y no se puede vender por separado. Aunque pucha que gozan haciéndote creer lo contrario.

El contexto escolar no ayudaba.

Hoy me río, me da risa todo lo que fue pasando, en aquel entonces lo pasé pésimo. Aunque igual reconozco que en esa época todo era un poco apocaliptico (nada que ver con el apocalipsis de estar confinada durante casi dos meses, guiño a la realidad actual). Para mi, ir al colegio hasta como los 8 o 9 años era un recordatorio constante de mi falta de inteligencia, eso es lo que la mal llamada « comunidad escolar » o parte del profesorado…salvo una gran excepción, me hacían sentir.

Cuando digo que el contexto escolar no era fácil, me refiero a que estaba en un colegio : 1) de puras mujeres, 2) católico casi ortodoxo y con una cercanía hoy día aterradora a los personajes « claves » de la dictadura en Chile que si no me equvoco en mis cálculos… la dictadura se acabó el mismo año que mi ingreso al aterrador pre-kinder. Pero no estoy segura si entré en 1990 o en 1991. En cualquier caso, ese maquillaje de democracia estaba recién salidito de la peluqueria. 

Con la distancia de los años, el conocimiento de la historia del país, cada día ese « centro educacional » tenía tanto más de centro de tortura o de inteligencia para torturar que de lugar de aprendizaje.

En este contexto la diferencia que podía haber entre nosotras, las alumnas, ustedes entenderán no podía y no debía ser celebrada. Cuando la palabra uniforme cumple un rol identitario. La diferencia tenía que acallarse, desaparecer sin antes ser, en la medida de lo posible humillada.

Mi dislexia, que en esa época no era nombrada, me era significada a mí niña de 5 o 6 años, como un problema de inteligencia, de capacidad. Ergo un problema de fábrica. La « tante » de alemán me dijo textual tonta en Kinder. Ella adulta, yo 5 años ! Algo andaba mal.

El adjetivo tonta, me lo podía bancar de mis hermanos. Era a veces constatación de hecho, era una guerra justa, yo no me quedaba corta en adjetivos tampoco. Si!, si a pesar de mis limitaciones. 
El tonta venida de una profesora me parecia algo más grave, lo más cercano a una sentencia en la cuál además tampoco tenía posibilidad de hacer mucho. Cuántas veces le pedí a mi mamá que fuera honesta conmigo, yo quería que me dijiera si es que ella pensaba de verdad que yo era tonta o que iba a tener que repetir de curso.
Mi linda mamá, no sólo no me pescaba con mis crisis excistenciales, sino que fue cuál leona a linchar a su colega. Mal que mal, la señora también era profesora y además de lengua extranjera (""inglish""). Espero de todo corazon que la haya puesto en su lugar desde su rol de madre pero también en su rol de profe. En fin, la verdad es que yo perso, no me acuerdo mucho del evento. Es a decir verdad un recuerdo hasta ahí prestado por mi vieja. Ella me cuenta que ese día llegué devastada a la casa, en un mezcla de entre enojo pena…conmigo los mátices no eran fáciles de identificar. 

Cuando le conté, asumo que ella en su corazón de madre, ardió Troya, a mi me dijo la frase consoladora inútil, intentando que pasara a otra cosa. Pero ella fue al colegio.

De la parte que si empiezo a acordarme fue cuando la vieja de alemán tuvo que dispculparse. La disculpa fue noventera, no es que ella me haya dicho tonta es que seguramente yo entendí mal…Señora, las bolas del perro !  Ese gestillo no reparó el hecho de que el resto de la institución educacional me tratara de diferente, dicho de otro modo que mis palitos del puente estaban organizados de otra manera a lo que se esperaba para mi edad.

Mi creatividad de pre-escolar las agredía. Mis dibujos en la misma hoja de nieve y sol las agredía (al parecer en ese colegio no habían escuchado hablar en esos tiempos del cambio climático, no me extrañaria que hubiesen pensado que era una creación de los comunistas Ruso, o algo por el estilo). Mis equivocaciones en el orden de la bandera de Alemanía les agredía. Si a eso le agregamos el dato histórico de la reciente caida del muro de Berlin por esos años, yo era lo más cercano a una molotov en preparación. Ojo que seguía teniendo 5 o 6 años.

Luego de esos agravios reciprocos (yo en su mundo los atacaba) yo diría unilaterales, empezó otro proceso. La pseudo preocupación por mi salud mental. Visitas constantes y no consentidas a la salita « de juegos » de la psicóloga. No me acuerdo de lo que pasaba ahí, lo que si me acuerdo es que yo nunca quería ir. Pero ahí valía madre lo que yo quisiera o no. Tenía que ir y punto.

Pero ¿de qué se trata la dislexia ?  Según el DSM-5 la dislexia se asocia a un conjunto de problemas de aprendizaje caracterizado por la dificultad en el reconocimiento exacto y fluido de las palabras, como un mal procesamiento de los códigos y problemas de ortografía, principalmente. Puede haber en algunos casos dificultad en la comprehensión de textos y de razonamiento matemático (discalculia) {creo contaba con todos los beneficios}.
Yo además le agregaría a esta «hermosa » foto psicopatológica que la dislexia puede o suele tener incidencia también en los ejes corporales. En general este criterio diagnóstico es simplemente omitido en los manuales "psi", cuando creo que puede ser uno de los primeros signos que les niñes pueden expresar esta dificultad en el reconocimiento de la manera en que su propio cuerpo se organiza. (Si uno igual anda perdido, pa qué contarse cuentos también).

Desde otro punto de vista el psiquiatra y psicoanalista Julian de Ajuriaguerra describe en 1982 la dislexia como una dificultad para leer que no se explica por une deficiencia cognitiva o sensorial, agrega que hay dificultades en lo que respecta a la ortografía de la lengua. Agrega que no podemos hablar de dislexia hasta los 7 o 7 años y medio. La confusión, la inversión, la omisión o la dificultad para reconocer palabras y sonidos homofonos, así como errores importantes de sintaxis como género, plurales y singulares y otras cosillas raras. Este señor habla de factores asociados  como el retraso del lenguaje, problemas de lateralisación (vuelta con que los zurdos son mas propensos a la dislexia, pero yo creo que es más bien que el sistema educativo como está pensado en su gran mayoria no sabe adaptarse a un funcionamiento diferente del niño y es más fácil patologizarlo que cuestionar el sistema) o los trastornos de la organisación temporo-espacial.
Y según la fineza clínica de mi hermano, el único no disléxico de la familia, la dislexia es cuando se te cruzan los cables. Esta definición sobre todo como descripción, me parece bastante justa y explica bien lo que a veces pasa.
Asumo que a mis papás les hincharon las pelotas para que me llevarán a consultar o simplemente quisieron esperar, porque ya sabían lo que se venía mal que mal 2 de 3 de mis hermanos ya había sido diagnisticado con lo mismo. Vuelta, a otra psicóloga con un box un poco más grande y acogedor…pero creo que lo más importante era que mis papás iban conmigo. Conclusión, ya la saben.

El resto de mi vida psicoafectiva parece que andaba relativamente no tan mal, por qué no volví a ver a la señora psicóloga. Pero me gané un par de años de psicopedagoga en la casa, más reforzamiento en el colegio. Una maravilla! 
Hubo al menos dos, de la que yo me acuerdo, a la pobre igual le hacía difícil la vida, me acuerdo. Pero ella buena onda en general, me ayudaba a mi y a mi cerebro, a veces no ibamos muy juntos, a detectar las malas jugadas que mis conexiones neuronales me hacían.
Yo la odiaba respetuosamente, no sólo me recordaba con su presencia que era diferente media corto circuitada, sino que lo peor es que llegaba siempre a la misma hora….cuando estaban dando Pinki y Cerebro. En el colegio, kinder y pre-kinder cuántas veces me quedé sin recreo por hacer el dibujo de las putas letras, eso me lo podía bancar. Pero quedarme sin monos animados depués de la larga tortura escolar era tooo much ! Un abuso !

Tengo la impresión que la pobre psicopedagoga tuvo que venir, hasta que tuve edad de que me pusieran frenillos fijos (la idea era cambiar el foco de los defectos y no acumularlos, al menos). Mis resultados escolares no eran peores o mejores que los otros. Pero qué rabia me daba cuándo me ganaba ese puto premio de esfuerzo y superación, era para mí como el premio de la discriminación positiva. Lo odiaba, espero que lo hayan eliminado. 
La psicopedagoga se dio cuenta rapidamente que además de dislexia tenia problemas de concentración. Lo cuál me parece super lógico, si ella quiere que vea errores que por problema de fábrica, yo no podía ver, es como obvio que me voy a desconcentrar. En fin.

Siempre me decía que me desconcentraba con una mosca, no es que me desconcentrara, es que no me concentraba en lo que ella quería, que no es lo mismo. Yo pensaba en la libertad de la mosca, en que ella si podía ver Animaniacs y yo no. ¿Cuántas veces le pedí que hicieramos la sesión con la tele prendia ? Nunca accedió la muy yegua. Bueno la envidia por la libertad por la mosca se me pasó un poco, cuándo supe de esa odiosa manía que tienen de pararse en la mierda. Fue una decepción respecto al manejo de aquella libertad que yo tanta anhelaba en aquella época.

Con los años las cosas se fueron mejorando, yo aprendí a vivir con mi amiga la Disle, me dí cuenta que « mis sintomas » están también muy relacionados con una precipitación que me cuesta manejar, que es parte de quién soy y que a veces me hago harto reír, ciertas cosas las digo o las leo al revés, me voy a comer algunas partes de la frase ; lo bueno es que igual me escucho y me suenan raras, entonces vuelvo a empezar.
Fue otra cosa y otra aventura cuando empecé a aprender francés….Pero a pesar de todo y gracias en parte a mi mami, hoy pocas veces pienso que soy tonta, o al menos no por la Disle.


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