Viviendo Sola

Quizás una de las cosas más gratas que tiene el verano es cuando tus viejos o parte importante de las personas con las que convives durante el años, deciden que es buen momento para dejar la casa e irse de vacaciones quizás a qué lugar... pero eso poco importa. Lo bueno es que te quedas sola con un gran caserón para hacer y deshacer a la pinta que se te de la gana.
Cuando uno anda en procesos medios extraños, se agradece tanto el espacio, la privacidad y sobre todo la soledad del espacio. Pero lamentablemente, en algún momento comienzas a darte cuenta que 1, no estás tan sólo como en algún momento pensaste. Todavía quedan un par de personajes en la casa dando vueltas, que con el paso de las semanas comienzan a agregarse más invitados como las arañas, zancudos e insectos de todo tipo, 2 por que en estás vacaciones igual las cosas se ensucian, tienen grasas y descubres además de eso...un nuevo elemento del trauma o manera de tramitar el proceso por el que puedes estar viviendo. La suciedad que si bien antes era parte de la vida, por la que había que luchar en la medida de lo posible para combatir, pero en ningún caso abrir los ojos de huevo frito al despertar y bajar a la cocina y encontrarme con lo más cercano a Katrina...por que los demás personajes de la historia no se dignaron a lavar la loza del día anterior. Por lo tanto, el desayuno dejo de ser un comercial de cereales, viendo "Buenos días a todos" o lo que estén dando en el amigo cuadrado. Si no que paso a ser un lavado de platos y desengrase de cocina de proporciones mayores.
Pero en un momento dado, cuando la emoción casi la ira de limpiar y dejar eso beige...en un blanco radiante. Abro de nuevo los ojos como huevo frito y digo "que susto estoy pareciéndome a mi mamá, por todo eso por lo que pelie". M siento en el computador a escuchar algo que no sea un quix, cloro o mister músculo.
Llega la pena, pero también las preguntas. ¿Qué me está pasando? Miro un poco, no mucho para atrás mi vida y me queda claro que es lo que puede estar pasando. Si, estoy media choqueada por lo que tuve que ver, oler, sentir, escuchar, etc... que ahora cualquier cosa que tenga que ver con mugre, si es que está a mi alcance de ganas y de tiempo. Prefiero limpiarlo a quedarme con esa impotencia de estar habitando un lugar poco agradable, en el que la sola idea de andar sin zapatos no me de asco, por las "sorpresas" con las que me pueda encontrar en el suelo.
También recuerdo, no se si en una serie o en una película de estas "rosadas y mamomas" (que por estas fechas abundan) en que una mina casada hace algún tiempo, con un tipo exitoso y ella una exitosa dueña de casa, con una vida "feliz y plena" hasta que se da cuenta que uno de sus mayores problemas eran que se acabaran el detergente. Bueno la idea tampoco es llegar a eso, pero si, se podría decir que es un cierto re-encuentro con un rasgo de mi personalidad que por mucho tiempo, por sanidad mental, tuvo que ser acallado. Pero ahora aparece con sus ventajas y también con sus desventajas.
Aunque reconozco que esto...eventualmente llegue a un nivel más normal en que no sea un desinterés total por el tema, pero tampoco me desviva en esto.