La ambivalencia es como el concepto de moda, conflicto ante las cosas que puedan pasar y que están sucediendo. Lo complicado del tema es como seguir y como sostenerse, ante la debilidad qué se hace a cada rato tan evidente.
Hasta cuando y hasta donde marcan las heridas, los proyectos no son botados a la basura. Pero cómo cuesta dejarlos de lado, entender desde lo más profundo de nuestra subjetividad que ya no son más parte de nuestra existencia, ni de nuestro futuro.
Es aquí donde empieza la ambivalencia, es un alivio por un lado no tener más ese proyecto, donde estaba mi cabeza en eso momentos. Esta es la parte racional. Pero ahí esta insesantemente la otra parte, la emocional, a la que le duele y la que llora la no culminación de los proyectos. Extrañamente es la que nunca se rinde la que lucha con todo lo que encuentra para sanar y para estar bien. Supongo que también tiene que ver con algo de la educación que uno recibe cuando chico. Lo que empieza se termina y cosas así, que en el fondo lo que nos hace es ser personas bastante obsesivas y a la vez que nos cueste mucho dejar ir, aquello que ya no depende de uno que se pueda culminar.
Pero si dan las ganas de gritar de todas las formas posibles, para llegar a sacarlo como si fuera una muela del juicio, que hincha las pelotas hasta que la sacan de ahí nunca más, pero eso no pasa. Y menos aún pasa si es que aquello a lo que te sientes atada insiste en aparecer de las maneras más incistentes y más variables del mundo. Aparece no sólo la sensación de ahogo sino que también la sensación de una profunda rabia e impotencia, por que lo que sucede es tan injusto que uno ya no llora de pena sino que de rabia...más encima acomulada que no se puede ni decir.
Por que nunca hay nada claro, porque a veces sólo hay que flotar, observar para luego tomar posición, sabiendo desde donde uno quiere y puede estar.
Porque tomar una elección es rechazar a todas las demás opciones posibles.
“... Su encuentro estuvo lleno de error...Cada uno de ellos había creado un infierno para el otro, pese a que se querían. El hecho de que se quisieran, demostraba que el error no residía en ellos, en su comportamiento o en la inestabilidad de sus sentimientos, sino que no congeniaban, porque el era fuerte y ella débil...”“Pero es precisamente el débil, quien tiene que ser fuerte y saber marcharse cuando el fuerte es demasiado débil para ser capaz de hacerle daño al débil” (Milan Kundera, la insoportable levedad del ser).
Porque tomar una elección es rechazar a todas las demás opciones posibles.
“... Su encuentro estuvo lleno de error...Cada uno de ellos había creado un infierno para el otro, pese a que se querían. El hecho de que se quisieran, demostraba que el error no residía en ellos, en su comportamiento o en la inestabilidad de sus sentimientos, sino que no congeniaban, porque el era fuerte y ella débil...”“Pero es precisamente el débil, quien tiene que ser fuerte y saber marcharse cuando el fuerte es demasiado débil para ser capaz de hacerle daño al débil” (Milan Kundera, la insoportable levedad del ser).
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